Lunes 22 de julio 2019.- Ya pasó el tiempo en que hablar de inteligencia artificial (IA) nos hacía pensar en un tema futurista o de ciencia ficción. Estamos ciertos que la evolución de la tecnología avanza a pasos agigantados y en supply chain, ya estamos viendo cómo las empresas de avanzada están apostando por IA para simplificar sus cadenas de suministro.
Partimos siempre desde el supuesto que la tecnología está al servicio del hombre y que, por tanto, la IA tiene la característica de ser un complemento y aumentar las capacidades humanas. En este sentido, muchos de sus beneficios dicen relación con la seguridad, productividad y salud de los propios colaboradores de las industrias, previniendo enfermedades a causa de la repetición de tareas y trabajos estresantes -que se traducen en altas tasas de accidentabilidad- que terminan por añadir un alto costo a las empresas.
Pero el uso de IA está creciendo y demostrando que no solo es útil en tareas repetitivas. Actualmente existen robots que se enfrentan día a día a entornos en los que deben manejar mayor grado de incertidumbre y, por lo tanto, son capaces de tomar decisiones, trabajando en estrecha colaboración con seres humanos y logrando un notable incremento de la productividad, al aumentar la capacidad de respuesta rápida que permite hacer frente a procesos logísticos complejos, aportando valor a las operaciones.
Es así como la IA en el área de la logística está contribuyendo a pasar de un modelo netamente operativo a una nueva versión que amplía las tareas a otras, de tipo automatizado y predictivo, beneficiando con una sustantiva disminución de costos en la cadena de suministro.
La evaluación es determinante al momento de tomar la opción de incorporar IA. Partir integrándola a las soluciones ya existentes en la empresa es el primer paso. Y, a pesar de que la inversión inicial de implementación no es menor, el retorno de la inversión se ve reflejado al poco andar.